Las torres gemelas de la Frauenkirche, visibles desde muy lejos, se elevan hacia el cielo y marcan el skyline de Múnich como ningún otro edificio. Para los muniqueses es muy importante que esto siga siendo así: en el 2004, decidieron mediante un referéndum que ninguna construcción nueva en Múnich podría ser más alta que la Frauenkirche con sus 98,57 metros.
La catedral e iglesia parroquial «de Nuestra Señora», como es su nombre oficial, fue construida en el siglo XV por el arquitecto y constructor muniqués Jörg von Halspach con ladrillos para ahorrar gastos, porque no había ninguna cantera cerca. En el 1488, pasados tan solo 20 años, ya estaba construida, excepto las puntas de las torres.
En las torres sin aguja, durante la Guerra de Sucesión de Landshut, se colocaron cañones para defender la ciudad de Múnich. Sus características cúpulas no fueron construidas hasta 1525. Están inspiradas en la forma de la Cúpula de la Roca de Jerusalén, que en aquel tiempo se pensaba que era el antiguo templo de Salomón.
Tras la grave destrucción sufrida por los ataques aéreos durante la Segunda Guerra Mundial, la Frauenkirche se reconstruyó de 1948 a 1955 de una forma más sencilla y sin ornamentos. Más adelante, se la ha ido decorando poco a poco. Hoy, es la iglesia catedral del arzobispo de Múnich y Frisinga.
Se dice que el mismísimo diablo dejó su huella en la Frauenkirche.
La Frauenkirche es el escenario de una leyenda espantosa: se dice que en la zona de la entrada de la nave el diablo en persona dejó su huella. Como es habitual en las leyendas, hay varias versiones del origen de la «pisada del diablo», esta es una de ellas:
Cuando la Frauenkirche se terminó, el diablo merodeó alrededor de la iglesia y se enfadó porque se había construido otra iglesia. En la entrada, vio que la iglesia no tenía ni una ventana y empezó a reírse a carcajadas de la estupidez del constructor.
Galería: Frauenkirche
De la alegría, saltó alto y, al caer, dejó marcada su huella. Sin embargo, cuando dio otro paso hacia delante, tuvo que reconocer que era él el que se había equivocado, ya que sí había ventanas. Se dice que del enfado se convirtió en una fuerte tormenta para derribar la iglesia, pero no lo consiguió. La leyenda cuenta que hoy en día este viento todavía se puede notar en las calles de alrededor de la Catedral de Nuestra Señora.
Básicamente, no hay una explicación precisa de por qué las torres difieren en altura. Probablemente se deba a las condiciones de construcción de la época en el siglo XVI.
Sí, la torre sur de la Frauenkirche está abierta a los visitantes. La subida a la torre comienza en la capilla sur de la catedral, a la derecha del portal principal. El ascenso lleva primero por 89 peldaños de una escalera de caracol hasta el nivel intermedio, desde donde un ascensor (para un máximo de 4 personas) le lleva hasta la sala de la torre. Desde lo alto se disfruta de una maravillosa vista de toda la ciudad. Las entradas para la subida a la torre pueden reservarse en línea con antelación aquí.
Las torres de la Frauenkirche fueron bautizadas por los muniqueses como Stasi (torre sur) y Blasi (torre norte). El motivo fue una convocatoria del periódico en los años 50 para que los lectores presentaran sugerencias. Los nombres de Stasi (Anastasia) y Blasi (Blasius) se remontan al entonces popular programa de radio "Die weißblaue Drehorgel" (El órgano de barril blanco-azul) de la radio bávara.
Foto: istock/bertl123, Redline Enterprises, istock/mthaler, Luis Gervasi
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