La iglesia jesuita de St. Michael o San Miguel, en la zona peatonal, se considera la mayor iglesia renacentista al norte de los Alpes. En su cripta de los príncipes electores está enterrado el rey Luis II de Baviera.
La iglesia más importante de Múnich se encuentra casi justo a mitad de camino entre las plazas Karlsplatz y Marienplatz. Fue el duque Guillermo V quien, en el marco de la contrarreforma católica, encargó a los arquitectos más famosos de Baviera la construcción de la iglesia St. Michael entre 1583 y 1597, que fue consagrada al arcángel Miguel.
El modelo para la construcción fue «Il Gesù», la iglesia madre de los jesuitas en Roma, aunque al finalizarse, la iglesia de San Miguel incluso superaba las dimensiones de aquella. Es extraordinaria su bóveda de cañón de 20 metros de ancho, la segunda bóveda de cañón autoportante más grande del mundo después de la de la iglesia de San Pedro de Roma.
En San Miguel se encuentra una de las sepulturas más importantes de la dinastía Wittelsbach. El más visitado es el «rey de cuento» Luis II, que fue enterrado aquí el 19 de junio de 1886. Los palacios del tímido monarca, Neuschwanstein, Linderhof y Herrenchiemsee, son conocidos en todo el mundo.