Personas conocidas de Múnich nos presentan su obra favorita de los museos de Múnich y nos cuentan qué tiene de especial para ellos. Episodio uno: Caroline Link, Ludwig Wappner y Milen Till.
Milen Till (artista y DJ):
“Descubrí por primera vez esta obra de arte de Karl Valentin en el Valentin Karlstadt Musäum de Isartor cuando era adolescente. Mi padre me la mostró, junto con la escultura de hielo fundido y los paraguas ‘Vater und Sohn’ (padre e hijo). En 2009 mi padre preparó una exposición de Karl Valentin titulada “Gestern oder im 2. Stock” (Ayer o en el segundo piso) para el Stadtmuseum. “Der Leistenbruch” cuelga en la pared de la estrecha escalera de caracol en el segundo piso, no lejos del famoso clavo de Valentin, en el que colgó su trabajo anterior de ‘Schreiner’ (carpintero). Para mí, esta obra vanguardista es muy innovadora. Valentin fue uno de los primeros en reconocer el humor y el absurdo como un arte, convirtiéndose así en un pionero del dadaísmo y el arte conceptual.
“La ‘Leiste’ funciona como un perfecto ejemplo de arte encontrado. ¡Incluso antes de Duchamp! Puede la idea de Valentin no fuese tan lejos, pero eso la hace aún más fascinante.”
Me provoca asombro y alegría, sobre todo, porque la ‘Leiste’, que forma parte del equipo básico para pintar en lienzo, funciona como un perfecto ejemplo de arte encontrado. ¡Incluso antes de Duchamp! Puede la idea de Valentin no fuese tan lejos, pero eso la hace aún más fascinante. Siempre me paso a ver ‘Leistenbruch’, por ejemplo, cuando llueve, ya que entonces se está muy a gusto en los salones del museo. Esta obra siempre está allí colgada, y yo sigo volviendo a verla. Al menos hasta las 17:59, que es cuando cierra el museo. Múnich es inimaginable sin Valentin y Valentin sin Múnich. Para mí, es el muniqués del siglo.”
En exhibición en el Valentin-Karlstadt-Musäum
Caroline Link (directora):
"Hace unos años, durante un paseo por la maravillosa nueva Lenbachhaus, me llamó la atención la obra ‘Wolkengespenster’ de Richard Riemerschmid de 1897. Luna llena, nubes, figuras sombrías. Un hombre persiguiendo a una mujer. ¿Sensual? ¿Amenazador? Eso depende del espectador.
"La imagen tiene un gran poder arcaico y me recordó a algunos de mis propios sueños, que me asustaron y electrificaron al mismo tiempo. Me encanta el Art Nouveau.”
La imagen tiene un gran poder arcaico y me recordó a algunos de mis propios sueños, que me asustaron y electrificaron al mismo tiempo. Me encanta el modernismo y me gusta jugar con la naturaleza y con el subconsciente. Es una parte de mi trabajo como directora de cine. En el Villa Stuck y en la Lenbachhaus se pueden ver unos cuantos ejemplos magníficos de esta época. En mi escritorio tengo una postal del ‘Wolkengespenstern’ que me inspira a la hora de escribir guiones.”
En exhibición en el Lenbachhaus
Ludwig Wappner (arquitecto y urbanista):
"Un museo especial en Múnich, que me emociona con cada visita, es el Glyptothek en Königsplatz. Mi primer contacto con sus obras fue durante mis prácticas de dibujo a mano alzada en los primeros semestres de mis estudios de arquitectura en la Universidad Técnica de Múnich, donde estudié de 1979 hasta 1985. Hay una escultura que aún ahora me sigue llamando la atención especialmente: el elegante y maravillosamente diseñado ‘Fauno Barberini’. Esta obra es del año 220 a.C., la época helenística se extendió del 323 al 146 a.C., y está colocada en el centro del ala oeste, en la ‘Sala del Fauno’.
"Me gusta venir aquí sobre todo por la mañana. La tranquilidad y la luz de la mañana permiten estudiar la sofisticación de esta escultura hasta el más mínimo detalle.”
El tragaluz central en la cúpula, análogo al Panteón de Roma, la ilumina con una luz única y elegante que le da un contorno preciso en el centro de la sala. El espacio, el material, la luz del día, la geometría y la estética de esta escultura se fusionan para crear una maravillosa obra de arte que cautiva de inmediato a todos sus espectadores. Me gusta venir aquí sobre todo por la mañana. La tranquilidad y la luz de la mañana permiten estudiar la sofisticación de esta escultura hasta el más mínimo detalle.
Además de las esculturas, la arquitectura del edificio y la famosa cafetería del museo, abierta al magnífico patio interior, hacen que la visita merezca la pena. Uno de los lugares secretos de Múnich que brilla especialmente al mediodía y con el sol del atardecer.”
En exhibición en el Glyptothek
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