La Kehlsteinhaus, situada a 1834 metros de altura, es un mirador histórico sobre Berchtesgaden con un panorama sobrecogedor.
La Kehlsteinhaus acabó de construirse en el año 1938. Entre otras finalidades, durante la dictadura nacionalsocialista se utilizó para obsequiar a invitados oficiales, por lo que se conoce también como «casa del té». El propio Adolf Hitler apenas visitaba la Kehlsteinhaus, ya que, al parecer, los viajes hasta allí le resultaban demasiado largos y peligrosos.
La Kehlsteinhaus –actualmente un restaurante de montaña– se ha conservado con su forma original como monumento histórico del Tercer Reich y se encuentra entre los lugares turísticos más populares de Alemania. Desde la terraza se tienen unas vistas únicas del paisaje montañoso de Berchtesgaden y de los alrededores de Salzburgo.
No obstante, su finalidad no debe ser solo la de mirador, sino también la de recuerdo para que nunca se olviden los horrores inhumanos de la dominación nazi.
La calle Kehlsteinstrasse que va al «Nido del Águila», como llamaron las fuerzas aliadas a la finca tras la Segunda Guerra Mundial, está cerrada al tráfico particular. Los autobuses trasladan a los visitantes hasta una explanada, desde donde un túnel de 124 metros de largo conduce a un ascensor con revestimiento de latón. Este sube a los visitantes otros 124 metros hasta la Kehlsteinhaus.
Encontrará toda la información sobre horarios de apertura, visitas guiadas y subidas a la Kehlsteinhaus en www.kehlsteinhaus.de.
Consejo: Para hacer una excursión de un día al campo a Berchtesgaden conviene levantarse temprano. El viaje desde Múnich dura unas dos horas.
