Quienes consigan una entrada para un evento deportivo, ya sea un partido de fútbol en el Allianz Arena o en el Grünwalder Stadion, un encuentro de hockey sobre hielo o baloncesto en el SAP Garden, o un torneo de tenis, tienen por delante muchas horas de pura emoción. ¿Y hasta que empiece? Toca enfrentarse al mejor “problema” que uno puede tener: decidir cómo aprovechar las horas previas al pitido inicial. Aquí van algunas ideas de cómo podría ser un día de partido perfecto: tanto si eres un amante de la gastronomía como si lo tuyo es el deporte en estado puro, viajas por trabajo, disfrutas con la cultura o vienes en familia.
- El día de partido para ... los amantes del buen comer
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Múnich también juega en la primera liga gastronómica. Desde el desayuno hasta la cena: aquí van algunas paradas irresistibles para saborear la ciudad.
Por la mañana: desayuno bávaro con salchichas blancas junto al Großmarkthalle
Un día gastronómico en Múnich solo puede empezar de una manera: con un tradicional desayuno de Weißwurst (salchichas blancas bávaras). En la Gaststätte Großmarkthalle sirven unas Weißwurst que muchos consideran las mejores de toda la ciudad. Este acogedor y tradicional Wirtshaus (restaurante típico bávaro) se encuentra en el barrio muniqués de Schlachthofviertel, justo al lado del Großmarkthalle, el gran mercado central. Como no podía ser de otra forma, las salchichas son de elaboración propia. Mostaza dulce, una cesta de Brezen (los clásicos pretzels bávaros) recién horneadas y una Weißbier (cerveza de trigo bávara) bien fría: así empieza el día perfecto para cualquier amante de la gastronomía. Después de un desayuno así, nada mejor que seguir con una experiencia a la altura: una visita guiada por el Großmarkthalle o una pequeña ruta de compras por las tiendas de cerveza artesanal del barrio.
A mediodía: Ruta gourmet por el Viktualienmarkt
El Viktualienmarkt es uno de los rincones con más solera de Múnich y todo un paraíso para quienes disfrutan comiendo bien. En sus cerca de 100 puestos se puede encontrar de todo: desde productos frescos hasta delicias gourmet, pasando por un sinfín de especialidades ideales para un tentempié rápido mientras se recorre el mercado. Algunos imprescindibles: el puesto de patatas Caspar Plautz, que reinventa este humilde tubérculo una y otra vez con combinaciones sorprendentes, como apio glaseado con salsa teriyaki y una salsa de manzana, apio fermentado y chimichurri.
En Fisch Witte, además de un excelente mostrador de pescado, se pueden probar platos del día muy variados y distintas Fischsemmeln (bocadillos de pescado). Uno de los clásicos: el de salmón ahumado en finas lonchas con cebolla roja. Y quien quiera rematar la experiencia con algo dulce, no puede perderse el puesto de Lea Zapf. Ella es maestra pastelera titulada. Sus Briolini - una esponjosa versión de brioche cuyo proceso de fermentación dura más de 42 horas - vuelan, así que más vale darse prisa: se agotan con frecuencia.
Por la tarde: cocina muniquesa con sabor auténtico
Tanto antes como después del partido, el broche final perfecto es el Weißes Bräuhaus. Este Wirtshaus es toda una institución en Múnich: desde hace más de 150 años mantiene viva la tradición del estilo de vida bávaro. Este es, sin duda, el sitio ideal para descubrir los grandes clásicos de la cocina bávara.
Los más valientes disfrutarán también con la llamada Kronfleischküche, el nombre que recibe en Baviera la cocina a base de casquería. Quienes prefieran algo menos atrevido pero igual de sabroso pueden optar por otros Wirtshäuser del centro como el Braunauer Hof, el Andechser am Dom o el Ayinger am Platzl.
Para disfrutar a fondo de la increíble variedad de museos de primer nivel, teatros de ópera, salas culturales, galerías y colecciones que ofrece Múnich, haría falta al menos un mes. Pero si no tienes tanto tiempo, aquí van algunos imprescindibles.
Por la mañana: un viaje por 5.000 años de arte e historia cultural
Quienes quieran exprimir al máximo la oferta cultural en poco tiempo deberían ir directos a Maxvorstadt. Allí se encuentra el Kunstareal, una de las zonas culturales más fascinantes de Europa. En solo 500 por 500 metros se concentran 18 museos, seis universidades y un sinfín de galerías. Con una entrada combinada se puede acceder cómodamente a las tres prestigiosas pinacotecas y al Museo Brandhorst. Pero incluso un paseo por la zona merece la pena: aquí se pueden descubrir auténticas joyas arquitectónicas como los Propileos, la Glyptothek o el Lenbachhaus.
A mediodía: descubrir las raíces reales de la ciudad
Durante siglos, Múnich fue gobernada por duques y reyes. Sus palacios y majestuosos edificios aún hoy definen el perfil de la ciudad. Para hacerse una idea de cómo vivían y gobernaban aquellos monarcas, lo mejor es visitar la Residenz (antigua residencia de los monarcas bávaros), en pleno casco histórico. Con más de 40.000 metros cuadrados, es el mayor palacio urbano de Alemania. Muchos de sus salones conservan el mobiliario original y en ellos se puede admirar todo el esplendor real: desde el famoso Antiquarium hasta el Kaisersaal de estilo barroco temprano y la fastuosa Schatzkammer (cámara del tesoro).
Por la noche: terminar el día en un club de jazz
Si quieres poner el broche final al día con buena música, la vibrante escena jazzística de Múnich es una apuesta segura. Lugares como el Jazzclub Unterfahrt, la Jazzbar Vogler, el Night Club del Bayerischer Hof o el Mister B's ofrecen veladas inolvidables en un ambiente íntimo y lleno de ritmo.
En Múnich, el fútbol es casi una religión. Visitar los estadios o el FC Bayern Museum es un plan imprescindible para cualquier aficionado, y además, lugares como el Olympiapark ofrecen muchas más atracciones más allá del balón.
Por la mañana: sumergirse en el “espíritu olímpico”
En 1972, Múnich acogió los Juegos Olímpicos de Verano. El Olympiapark, construido para la ocasión, sigue en pie más de medio siglo después y continúa siendo un lugar impresionante. En este extenso recinto se pueden admirar las icónicas cubiertas de estructura textil, visitar el Olympiastadion - donde se jugaron los partidos en Múnich hasta 2005 -, disfrutar de las vistas desde el Olympiaberg hacia la ciudad y los Alpes al fondo, o incluso apuntarse a una visita guiada por el tejado del estadio. Si venís en grupo y os puede el entusiasmo futbolero, podéis acercaros a la SoccArena: un centro de fútbol indoor donde es posible alquilar campos por horas y echar un buen partido antes del gran encuentro.
A mediodía: visitar el FC Bayern Museum
A mediodía: visitar el FC Bayern Museum A uno le puede gustar más o menos el FC Bayern München, pero lo que está claro es que este club es único... y su museo también. En una superficie de 3.300 metros cuadrados, trofeos, camisetas originales y vídeos de leyendas del fútbol cuentan la historia del mito del FC Bayern y la magia del deporte. Lo mejor: el museo está dentro del Allianz Arena, el mismo estadio donde se juegan los grandes partidos. Así que lo ideal es llegar unas horas antes y empezar a empaparse del ambiente futbolero desde el primer momento. Y si entre tanta emoción hace falta reponer fuerzas, nada como pasarse por el Café Gisela, dentro del FC Bayern Museum. Lleva el nombre del histórico local donde, en 1900, se fundó el FC Bayern München.
Por la noche: charlar de fútbol en una auténtica cervecería futbolera
Una visita futbolera a Múnich no está completa sin pasar por alguno de sus míticos bares futboleros donde se respira la pasión por el balón. ¿Hay un lugar mejor para repasar las jugadas del partido recién vivido? ¿Y qué opciones hay de pasar a la siguiente ronda? ¿Cuáles son los puntos fuertes y las debilidades del equipo? ¿Y no lo haría uno mismo mucho mejor como seleccionador nacional? Estas charlas se disfrutan mejor en la barra, rodeado de otros aficionados y con una cerveza recién tirada en la mano. Por ejemplo, en el Stadion an der Schleißheimer Straße, en el Vereinsheim, el Sax o el Blue Adria.
Hay quien ya ha estado en Múnich, aunque solo por trabajo. Pero si en esta ocasión la visita coincide con un gran evento deportivo, es el momento perfecto para sacarle todo el partido al día.
Por la mañana: visita privada al Deutsches Museum
El Deutsches Museum, situado en la Museumsinsel del río Isar, alberga una de las colecciones de ciencia y tecnología más importantes del mundo. Incluso Bill Gates, que visitó la ciudad en 2023 con motivo de la Conferencia de Seguridad de Múnich, no quiso perderse un recorrido por este museo. El museo ofrece distintas visitas guiadas, incluidas algunas especializadas para grupos con conocimientos previos. Una opción fantástica para quienes tienen un interés especial en la ciencia y la tecnología.
A mediodía: ir de compras como un rey
Aquí compraban los mismísimos monarcas: las antiguas casas proveedoras de la corte real bávara eran los comercios que surtían a la familia real antes del fin de la monarquía. A día de hoy, siguen siendo sinónimo de una calidad excepcional. La mayoría de estas históricas tiendas se encuentran en el casco antiguo, como la selecta tienda gourmet Dallmayr, el calzado de lujo de Eduard Meier o las creaciones del maestro pastelero y chocolatero Heinrich Georg Erbshäuser. Muy cerca de allí está también la Maximilianstraße, repleta de boutiques de las principales marcas internacionales de lujo.
Por la noche: una cena en la cuna de la alta cocina alemana
El Tantris es, probablemente, el restaurante más emblemático de Múnich y el lugar ideal para poner el broche final a un día exclusivo en la ciudad. En 1971, el empresario Fritz Eichbauer hizo realidad su sueño de abrir un restaurante gourmet, y lo convirtió en uno de los primeros de Alemania en recibir dos estrellas Michelin. Ese nivel se ha mantenido hasta hoy: actualmente, el chef Benjamin Chmura está al frente de los fogones y ha sido reconocido con dos estrellas Michelin por su trabajo. Tranquilo: si no consigues mesa, hay alternativas. En Múnich hay más de una docena de restaurantes galardonados con una o varias estrellas Michelin.
Visitar Múnich en familia significa, casi siempre, encontrar el equilibrio entre varios intereses: los peques quieren diversión, los mayores, descubrir la ciudad. Con este plan para todo el día, todos salen ganando.
Por la mañana: paseo por el Englischer Garten y desayuno junto a la ola del Eisbach
Lo primero: un poco de aire fresco. Un día en familia arranca de maravilla con un paseo sin prisas por el Englischer Garten. Lo ideal es entrar por el extremo sur del parque, donde ya hay espectáculo asegurado: los surfistas cabalgando la famosa Eisbachwelle. A solo 50 metros está el encantador quiosco Fräulein Grüneis, perfecto para tomar un segundo desayuno, el primer helado del día o el tercer café. Y unos minutos más adelante, los más pequeños podrán dar rienda suelta a su energía en un gran parque infantil.
A mediodía: corretear entre coches de carreras o adentrarse en el mundo mágico de Magic Bavaria
Coches de lujo, clásicos, motos y vehículos de competición: incluso los más pequeños alucinan en la BMW Welt. Además, la BMW Welt organiza talleres durante todo el año para niños, jóvenes y familias. Mientras unos se divierten con manualidades, construcciones y experimentos, los otros pueden tomarse su tiempo para admirar los emblemáticos “ocho cilindros”, como se conoce tanto a los motores V8 como al icónico edificio del museo. La BMW Welt está considerada una de las grandes atracciones de la ciudad y recibe cada año a más de tres millones de visitantes.
O, si lo preferís, podéis visitar la exposición inmersiva e interactiva de Magic Bavaria. Aquí, Baviera está patas arriba: este museo es un mundo al revés lleno de experiencias sensoriales y divertidas. La idea detrás es simple pero genial: darle la vuelta a todo para crear ilusiones y momentos sorprendentes. A través de un recorrido por los grandes iconos de Múnich y Baviera, este museo ofrece una forma totalmente diferente - y muy divertida - de vivir la cultura.
Por la tarde: Descubra la variada gastronomía de Múnich en uno de los barrios más bellos
Los barrios de Múnich son diversos, contrastados y merecen un viaje de descubrimiento. Sumérjase en los distintos barrios de Múnich y descubra el encanto y las particularidades de cada rincón, calle y callejón. Hemos recopilado 5x5 consejos para cada distrito sobre qué ver y dónde comprar y comer.